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Mostrando entradas de enero, 2013

Una cita y un ciego

Ahí, parado, en la esquina convenida y a la hora indicada. Pese a que no lo había visto nunca lo reconoció al bajar del colectivo por la vestimenta. Estaba esperando ese momento clave en el que podría constatar si era el de la foto. Quería que fuera ese o, tal vez, mejor aún. Simplemente era ese, ni mas ni menos. Acompañaron la caminata con una charla básica, quizás algo incomoda. El primer momento de una cita casi a ciegas. Ese instante en el que ambos estaban analizando al otro casi como si quisieran sacarle una radiografía. Se sentaron en la mesa con un café cada uno y avanzaron con la conversación. Ya con las tazas vacías decidieron seguir caminando y emprendieron la vuelta al punto de partida. Iban agarrados del brazo creyendo que podrían protegerse del viento pero él sabia que el frió que sentía estaba en su sangre y lo recorría por dentro. Llegados a la parada y a la espera del colectivo que lo llevaría de vuelta se sentía la tensión del momento. Casi con un pié en el primer esc

"La vieja atorranta" - Encuentros (El lado B del amor) - Gabriel Rolón

Hace muchos años, cuando era psicólogo muy joven, trabajé en algunos geriátricos. (...) Muchos de ustedes trabajarán o habrán trabajado en alguna institución , y sabrán que lo que tiene que hacer todo el que trabaja en un establecimiento al ingresar es ir a la cocina, porque la cocinera es la que está al tanto de todo lo que pasa. Más que los médicos incluso. Llegué, entonces, una mañana, me dirigí a la cocina y, como era habitual, le pregunté a la cocinera. -¿Y, Betty, alguna novedad? -Sí, doctor- me llamó así aunque soy licenciado-. ¿Ya vio a la vieja atorranta? -No - le dije asombrado-. ¿Entró una abuela nueva? -Sí, una viejita picarona. Me quedé tomando unos mates con ella y no volví a tocar el tema hasta que entró la enfermera y me dijo: -Gaby, ¿ya viste a la atorranta? -No -le respondí. -Tenés que verla. Se llama Ana. Lo primero que me llamó la atención fue que utilizara, para referirse a ella, el mismo término que había usado la cocinera: atorranta. Pero lo cierto es que habí